miércoles, 25 de junio de 2014

¿Soy un súper papá?



Acude a consulta un padre joven de 35 años que tiene gran preocupación por su niña de cinco años por que no quiere comer si no es con él , no quiere que nadie más la lleve a la escuela siempre está pegada a él , para dormir tiene que ser con él en su cama , sobre su brazo como almohada. A pesar de

que vive también con su mamá y su hermana más pequeña. Esta situación le preocupa, cree que no es normal, en ocasiones no sabe cómo manejar la situación, sin embargo la regaña con frecuencia, siente que la niña no le hace caso y solo le queda el remedio de regañarla fuerte o darle una nalgada y ha llegado a tener con la madre discusiones y hasta exabruptos violentos en presencia de la niña por no estar de acuerdo con la forma de crianza de esta, de quien refiere se pasa el día regañando a la niña.

La niña se relaciona bien con otros niños pero todos del entorno cercano, su hermana menor y los primitos que viven cerca, refiere el padre que es muy inquieta y juguetona en la casa pero no se relaciona bien con potros niños menos conocidos. Tampoco se relaciona con otras personas que no sean sus familiares conocidos, con lo que el padre está muy satisfecho pues considera que así está menos expuesta a los peligros que puedan traerle a una niña de cinco años este tipo de relaciones con adultos extraños.
En la escuela, donde comenzó hace 8 meses la adaptación fue muy mala, lloraba todos los días, vomitaba el desayuno antes de salir a la escuela, actualmente la maestra dice que no quiere participar, que habla muy bajito, que no juega con los otros niños y no quiere permanecer en la escuela, por

lo que el papá la recoge a medio día y la lleva para la casa.

En la consulta, durante el interrogatorio al padre, la niña se mantuvo todo el tiempo sentada sobre él, abrazada fuertemente a él y sin interactuar con más nadie, ni responder ninguna pregunta o comentario que se le realizara. La madre nunca ha acudido a consulta, según refiere el padre por estar en meses avanzados de su tercer embarazo y estar cuidando a la niña más pequeña.
El pregunta que hacer. Que si su niña tiene un problema y como la puede ayudar.
Que pienso:
Esta niñita de cinco años si puede estar presentando un problema emocional y dificultades importantes para socializar. Pero este problema es generado directamente por los métodos educativos que emplean sus padres.
El padre presenta una conducta extremadamente sobreprotectora e inconsistente pues aunque trata de proteger al máximo a su niña, a su vez la maltrata con manifestaciones de violencia como regaños fuertes, nalgadas y gritos. Y la expone a manifestaciones de violencia intrafamiliar al discutir  fuertemente con la madre atemorizando la niña.
El padre asume su rol paterno y de jefe de familia de forma extrema y absoluta no dejando espacio para que la madre asuma su rol, no confía en la capacidad de ésta para educar bien a las niñas. Ni considera necesario que ella acuda a consulta a recibir orientación, situación que además de hacer muy parcializada y rígida la educación, lo sobrecarga muchísimo y le estresa al punto de no poder controlar sus estados emocionales.


Que le recomiendo a este padre:
Ante todo debe saber que esta sobreprotección, para nada ayuda a su niña ni la protege. Esta sobreprotección es un recurso para protegerse él de la angustia que le genera el pensar que a la niña pueda pasarle algo. Esa es la esencia de la sobreprotección pues se brinda afecto con angustia.
Esta angustia es trasmitida a la niña quién al ver al padre tan temeroso de que le pase algo malo, considera al mundo como una constante amenaza ante la cual debe protegerse; y donde mejor que en los brazos de ese padre que tanto la cuida. Lo que provoca que no se relacione con nadie, limitando así las posibilidades de un desarrollo armónico de su personalidad. Y generándole una fuerte sensación de angustia ante personas y situaciones extrañas o nuevas. Que es precisamente lo que le está sucediendo con la escuela.
La verdadera educación no puede pretender mantener a los niños alejados de los riesgos, si no enseñarle donde están esos riesgos y como evitarlos. Solo así se logrará que tenga conocimientos que lo autoprotejan y le permitan tener control sobre las situaciones de vida que enfrenta y enfrentará.
La creencia del padre sobre la conveniencia de que no se relacione con extraños por que estos pueden ser fuente de violencia sexual hacia la niña, (como el mismo refirió) es completamente errónea. Está probado que las personas que cometen abuso sexual con menores en la mayoría de los casos son del entorno cercano al niño y no extraños.
La niña debe adaptarse a estar en la escuela el tiempo requerido, y no sacarla antes de hora reglamentada pues así no solo no aprenderá el contenido docente con efectividad, sino que tampoco le será posible lograr características necesarias para su desarrollo como tener auto control, desarrollar la voluntad, el respeto de las reglas, no sabrá afrontar las situaciones poco agradables, y no logrará una integración a la vida escolar favorable para su aprendizaje.
Es muy conveniente también que sea más coherente en su manejo y evite la violencia con la niña, esto solo hará que lo respete menos y por consiguiente le sea más difícil manejarla.
También es muy necesario que concilie con la madre los manejos evitando discrepancias que los desmoralicen como padres, permitiéndole a la madre mayor poder de decisión y respetando sus métodos educativos.
Este papá, en fin, creo que se pasa de preocupado, creo que es más angustiado que otra cosa y está transmitiendo esa angustia a la niña. Este papá por más que quiere lo mejor para su niña y la adora, le está haciendo mucho daño. Debe dejarla más libre, debe enseñarla a valerse por sí misma y a hacerse fuerte ante las situaciones que la vida nos depara a todos y por supuesto a ella también. Solo así la podrá ayudar a crecer.
¿Qué creen ustedes? ¿Qué otras cosas le aconsejarían a este papá?

domingo, 22 de junio de 2014

Mi hijo se fue de casa. ¿Qué hago?


Acude una madre de 45 años muy angustiada por su hijo adolescente quien se
ha ido de la casa a vivir con su maestra y no quiere regresar.
Este adolescente y su mamá llevan ya muchos años de mala comunicación, hay
agresividad verbal y física entre ellos. Desde el inicio de la adolescencia
él se ha caracterizado por ser muy impulsivo y voluntarioso, pero la madre
es muy parecida en cuanto a impulsividad y presenta además un alto contenido
de angustia y un gran sentimiento de descontrol que la ha llevado ya en
varias ocasiones a buscar ayuda especializada.
La situación familiar se ha caracterizado siempre por el contraste entre la
imposición de las reglas de manera violenta y la inconsistencia; pues el
esposo de esta señora ha mantenido siempre una conducta inmadura tratando de
hacer alianza con el adolescente, que no es su hijo, y contraviniendo las
exigencias de la madre, poniéndose a la altura del mismo y siendo muchas
veces más difícil de manejar que el propio adolescente, por su inmadurez y
poca colaboración. Este padrastro es también de carácter explosivo, al punto
de que la madre refirió tenerle miedo a sus arranques, pues cuando se
molestaba tenía conductas con gran nivel de agresividad donde no medía las
consecuencias de sus actos violentos. Actos que en muchas ocasiones tenían
lugar frente al hijo.
En procesos anteriores de terapia se les impuso sobre la necesidad de
cambiar los manejos educativos a lo que la madre no fue nunca muy receptiva,
insistiendo que los cambios debían provenir del adolescente y asumiendo el
proceso de terapia como un momento ideal para convencer al hijo de sus
errores. Esta madre siempre manifestó una visión de su hijo como alguien
bueno de sentimientos, pero con un trasfondo oscuro, malo, descontrolado,
incluso llego a temer que sería un futuro ¨monstruo¨. Refiere la madre que
actualmente el adolescente se muestra muy desconfiado hacia ella, muy
déspota y agresivo, quiere asumir el control de la casa e imponérsele de
manera muchas veces violenta.
El adolescente por su parte siempre se mantuvo receptivo, y rebatía cada
argumento que la madre emitía en su contra con razones muy convincentes. La
madre tenía un excesivo nivel de exigencia en cuanto al desempeño académico
del hijo. Muy preocupada por sus estudios, al punto de ser ésta la principal
problemática entre ellos pues él, aunque no tenía resultados
insatisfactorios, no ponía todo el empeño que ella consideraba necesario
para el éxito que debía alcanzar en la vida. Después de un tiempo se
abandonó la terapia, el matrimonio de la madre se rompió, con grandes
sufrimientos familiares, y la vida continuó con la misma dinámica. Hasta
que hace pocos días y tras una violenta discusión madre-hijo, éste se fue de
la casa. Posteriormente la madre supo que estaba en casa de su maestra quien
le sugirió que le diera un tiempo para que se calmara en su casa ya que
entre ellos había buena comunicación y afecto. A lo que la madre accedió
considerando que así él recapacitaría sobre todo lo malo que le había hecho
y cuánto la había agredido en esa discusión.
La permanencia del hijo en casa de la maestra se extiende más de lo que ella
considera correcto, pero éste no quiere regresar. Ella piensa que la maestra
lo está manipulando para que se ponga en contra de ella y considera que la
quiere suplantar en su rol de madre, tomándose atribuciones en el cuidado
del muchacho que no le competen y permitiéndole quedarse, aún cuando ella le
exige que lo eche de su casa para que no tenga más remedio que regresar a la
suya.
En estos momentos esta mujer está seriamente preocupada porque no sabe cómo
actuar. Reconoce y asume su responsabilidad como madre en la solución de
esta situación, pero tiene mucho temor de que exista una manipulación por
parte de la maestra en contra de ella que no le posibilite un reencuentro
con su hijo.
Que pienso sobre este caso:
Ante todo no se puede perder de vista dos elementos trascendentales:
La edad del hijo, que lo ubica en la etapa de adolescencia, donde comenzaron
los principales enfrentamientos, que de por sí se caracteriza por la
rebeldía, la tendencia a la imposición de sus criterios, el deseo de
independencia y los conflictos intergeneracionales.
El otro elemento es la importante presencia de conductas violentas e
impulsivas en este hogar que han ido creando un estereotipo de respuesta y
una comunicación donde predomina la agresividad.
Estos dos elementos combinados han sido causa de una situación donde el
manejo del adolescente se hace muy difícil pues se le han dado ejemplos de
agresión, se le ha agredido incluso físicamente, pero se le censura y
cuestiona la utilización de los mismos patrones hacia los padres. Ejemplo
claro de inconsistencia que los desmoraliza.
Hay que tener en cuenta que la agresividad es una conducta refleja, en la
misma medida que se recibe se tiende a dar, independientemente de que como
seres sociales podamos tener un mayor control sobre la misma. Control que a
un adolescente se le dificulta más que a un adulto.
En estos momentos el adolescente ha perdido la confianza y la comunicación
con la madre y le será muy difícil recuperarla si esta no establece una
estrategia de acercamiento gradual. Lo que no quiere decir que le permita
violar su autoridad. Pero tampoco que se lo imponga. La confianza es algo
que tarda mucho en conquistarse y un segundo en perderse.
Que le oriento a esta mamá:
La madre tiene que ir a conversar con su hijo y la maestra, convencerlo,
persuadirlo de regresar a la casa, no creo adecuada la idea de que esta lo
expulse , pues eso no garantizaría que él regresara a su casa y puede
quedarse sin un lugar donde sentirse seguro y protegido, empeorando con esto
la situación. Tampoco debe imponerse el regreso por la fuerza, aunque si
fuera necesario, hacerlo en última instancia dado que es un menor de edad y
debe acatar las decisiones de los mayores, más cuando su madre es su único
tutor.
Esta mamá debe cambiar su visión del hijo viéndolo más positivamente, no
culpabilizándolo de ser el responsable de las situaciones, no considerándolo
como un caso perdido. Ambos son responsables de lo que sucede, no solo él
hiere y agrede, no solo él tiene que recapacitar sobre cuánto es afectado el
otro en cada discusión.
La madre debe tener mucho control sobre sus impulsos, dar más confianza al
hijo, darle garantías de que la comunicación es posible mostrando afecto y
comprensión. No temer que su hijo pueda imponerse; si la jerarquía queda
clara el aceptará que ella es quien dirige la familia, solo que esto se debe
ser real, la madre estar segura de su rol y no ponerlo en duda en ningún
momento, siempre respetando los espacios del hijo y buscando más la
negociación y el dialogo que la imposición.
Con relación a la maestra en lugar de verla como enemiga, debería
convertirla en aliada, trabajar juntas en la educación de este adolescente
a quien evidentemente le faltan sistemas de apoyo y personas de confianza
que le brinden afecto, dado el abandono por parte del padre, la mala
relación con el padrastro y la incomunicación actual con la madre.
La adolescencia es muchas veces difícil de manejar, todos los que han
pasado por este momento en la vida de sus hijos han tenido que improvisar y
buscar recursos insospechados para afrontarla, unas veces con más éxitos que
otra, pero siempre a la larga se saca una gran experiencia de vida. 

Entonces los que han pasado por esto, ¿Qué le aconsejarían a esta madre? ¿Cómo
actuarían desde sus experiencias de vida?

¿Mi novio me quiere o está cómodo conmigo?


Ayudemos a esta muchacha:
Acude a mi consulta una muchacha de 28 años muy preocupada porque
últimamente ha tenido muchas peleas y discusiones con su novio de 36 años
con quien vive en casa de los padres de éste, conjuntamente con la suegra,
el suegro y la cuñada.
Esta relación de pareja la llevan hace 8 años. Luego de un tiempo de
noviazgo decidieron que ella se fuera a vivir a casa de él para permanecer
más tiempo juntos, convivir y tener un mayor vínculo en la relación.
Aunque realmente esto no fue una propuesta pensada y discutida, sino que se
fue implantando por la reiterada conducta de ella quedarse allí y se fue
transformando en costumbre y una forma de vida.
La relación con la familia no es mala aunque si hay ciertas asperezas con la
cuñada quien por lo general la minimiza, la segrega de las situaciones
familiares y siempre se está comparando con ella queriendo mostrarse como la
más esforzada en las tareas de la casa y haciendo ver que la muchacha no
hace nada y se recuesta a los demás. Aunque esto realmente no es así, las
tareas de la casa están bien delimitadas y esta muchacha cumple diariamente
con las tareas que le han asignado y se incorpora a otras para ayudar de
la suegra en lo que sea necesario, cuando regresa de su trabajo en las
tardes y los fines de semana. Aunque esto no evita que esta suegra siempre
esté sobrecargada por su gran afán de orden y limpieza; y por las normas de
convivencia de esta familia donde los hombres, incluido su novio, no
colaboran en nada y pueden ver a las mujeres atribuladas y sobrecargadas y
no se sienten con el deber de incorporarse y ayudar. Al punto de no comer
si no se les deja preparado el almuerzo o comida.
A la muchacha esto la ha golpeado fuertemente pues proviene de un hogar
donde la distribución de tareas es equitativa, donde la unión es fuerte y
todos colaboran e intercambian tareas, cuando hay que hacerlo. También, y
no es menos cierto, en esta familia de procedencia las normas no eran tan
rígidas en cuanto a la limpieza, no había que estar limpiando diariamente
y tienden a ser algo desordenados, priorizando las actividades laborales e
intelectuales en que están inmersos y no dedicándole tanto tiempo a las
tareas del hogar.
Indirectamente siente la evaluación y la crítica de los familiares cuando
trata de exigirle a su novio más cooperación o cuando le deja tareas a
realizar, porque consideran que esas tareas las debe asumir ella como mujer
y no debe exigírselas al él. Tareas que él no realiza la mayoría de las
veces y colaboración que no brinda aunque ella lo pida, quedando las cosas
sin hacer y ante las cuales tiene que responder cuando llega del trabajo y
le cuestionan por no haberlas realizado.
Ella ha tratado de buscar soluciones como atraer al novio a vivir a su casa
de origen con sus padres, alquilar e irse a vivir solos, pero ninguna es
aceptada por éste, alegando que pierde cercanía de su centro de trabajo, que
el presupuesto no les da para alquilar un lugar donde vivir y finalmente que
teme que si se va a vivir solo con ella lo ponga a trabajar y a compartir
tareas que ahora no tiene que hacer, pues siempre tendrá quien le haga las
cosas y aparentemente no está dispuesto a pasar trabajo, ni esforzarse para
lograr mayor independencia como pareja, pues se siente muy cómodo y
protegido en casa de la madre.
Ella no sabe qué hacer. Por un lado este hombre le gusta, se siente
enamorada de él, lo considera una buena persona y se llevan bien como
pareja. Pero por otro lado le irrita mucho que él no asuma una posición
activa para apoyarla, o para ayudar a su mamá en la casa, y que no se
comprometa, por comodidad, con el logro de una relación independiente y
madura. También le genera mucho temor pensar en su vida futura si algún día
se decidiera a tener hijos con él, pues siente que tendría que enfrentar
toda la responsabilidad que esto implica sola.
Que pienso:
Creo que el establecimiento de una relación de pareja, para que fructifique
debe implicar un compromiso mutuo con un proyecto de vida en común. Y por
lo tanto primero hay que tener es ese proyecto y tener objetivos a mediano y
largo plazo a perseguir como pareja. Una pareja no se debe asumir por
costumbre o comodidad. No se puede vivir juntos porque así ha ido dándose la
vida y no les molesta. Para que una relación sea exitosa ambos miembros
deben estar conscientes de lo que quieren y dispuestos a renunciar,
sacrificarse o ceder en algunos aspectos si estos fueran necesarios para el
mantenimiento armónico de la relación.
Que le sugiero a esta muchacha:
Que debe insistir en buscar una posibilidad de vivir solos para probarse
como pareja, sin intermediación de otras personas. Solo así podrán saber si
logran acoplarse en la vida y en el mantenimiento de un hogar conjunto.
Que es muy inmaduro mantenerse viviendo en pareja bajo la falda de los
padres, cualesquiera que sean estos, y que si las condiciones sociales o
económicas no le permiten rentar un lugar donde vivir solos, al menos tienen
que tratar de independizarse psicológicamente de esas familias de origen
cohesionándose fuertemente, apoyándose mutuamente y colaborando el uno con
el otro de modo que puedan hacer lo más real posible esa vida independiente
que exige una pareja madura.
Que la buena comunicación en la pareja es imprescindible para el
mantenimiento de la misma y por tanto debe analizar esto con su novio.
Que si él no responde o se mantiene en su posición acomodada y poco
cooperadora le tocará a ella tomar decisiones y valorar si cree que después
de 36 años esta persona va a cambiar su forma de ser o pensar, o si cree que
está dispuesta a seguir viviendo en esta situación que lo más probable es
que no cambie, si él no está dispuesto a hacerlo.
Que ella es una mujer joven, tiene mucho tiempo por delante pero también
tiene que valorar que con 28 años ya está en tiempo de empezar a pensar en
crear una familia y que según como plantea su situación, este lugar no es el
mejor clima para lograrlo.
Que trate de pensar firmemente que desea para su vida futura y si esto sería
posible con este hombre. ¿Seguirá esperando? ¿Seguirá dejando correr su
tiempo de vida? Son decisiones que tiene que tomar, que no son fáciles y es
precisamente esta indecisión lo que la tiene muy angustiada.
¿Qué creen ustedes? ¿Qué le aconsejarían a esta muchacha?

No sé qué hacer con mi vida


Acude a mi consulta una mujer joven de 36 años, profesional, que
últimamente está presentando una situación de vida que refiere la tiene destrozada psicológica y físicamente provocándole, además de una gran depresión que la hace llorar constantemente, una úlcera duodenal que le provoca grandes dolores y malestares.
Está casada hace más de 20 años y tiene un hijo de 14 años, refiere que es una familia muy bonita donde todos se quieren, que tanto su esposo como su hijo son bellas personas.
Hace ocho años comenzó una relación extramatrimonial, por primera y única vez en su vida de casada, con la cual se ha enganchado de una manera que no puede evitar y no comprende pues refiere que lo que siente en esta relación no lo ha sentido nunca. Su pareja en esta relación es un compañero de trabajo, que también es casado hace muchos años y tiene tres hijos en ese matrimonio.
Actualmente refiere que está muy ambivalente con esa relación pues la hace sufrir mucho, que ella ha querido incluso dejar su matrimonio por él, pero él no ha querido nunca separarse de su esposa. Ya actualmente ha comprendido que esta persona no la va a asumir nunca como pareja oficial y que ya, aunque fuera así, ella no quiere pues se ha ido desencantando de él y ha comprendido que no es una persona que con quien valga la pena compartir la vida y la familia. Es muy mujeriego, muy egoísta, siempre antepone sus cosas por encima de todo y no la quiere lo suficiente como para decidirse y esforzarse por ella o tener en cuenta sus problemas y ayudarla.
Sin embargo cada vez que se impone, tras mucho esfuerzo, tomar distancia él se lo impide, la busca, le llora, le suplica y ella siempre se deja convencer, aunque reconoce que en estas suplicas no hay un arrepentimiento real, ni una disposición al cambio, solo un montaje para movilizar su posición y en cuanto logra su objetivo vuelve ser el mismo de siempre. Ella ha estado hasta dos meses lejos de él creyendo olvidarlo, pero en cuanto lo ve se derrumban todas sus fuerzas.
Esta situación hace que últimamente la relación esté muy mal pues discuten más de lo que disfrutan estando juntos, incluso a veces no tienen ni vida sexual, pero no dejan de comunicarse diariamente y constantemente. Ella quisiera terminar pero no se siente con fuerzas, es una atracción que va mas allá de su consciencia y además cuando lo intenta él no se lo permite.
Esta situación se le ha ido de las manos, ya su esposo se ha dado cuenta de que ella tiene otra relación. La ha enfrentado y se muestra muy dolido, no obstante sigue con ella, le ha mostrado una tolerancia extrema y le demuestra que la quiere a pesar de todo, lo que la pone en mayor conflicto pues la hace sentirse doblemente culpable y como una persona baja y miserable. Aterrorizada además por que su hijo adolescente se vaya a enterar de algo y esto afecte su equilibrio emocional y la relación madre-hijo. Ella no sabe qué hacer, está desesperada, no sabe si quiere o no seguir con su esposo, pero tampoco lo quiere perder pues sabe que es un hombre maravilloso que si la quiere, aunque tampoco quiere estar con él solo por eso. Su autoestima esta por el piso, según refiere, cree que no sirve para nada, que es una mala persona, que no es lo suficientemente atractiva. En fin refiere sentirse destruida y sin saber qué hacer.
Que pienso:
Esta mujer está en un gran conflicto y está totalmente bloqueada por sus emociones. No le es fácil pensar con eficiencia y mucho menos le será fácil tomar una decisión adecuada en este estado.
Lo primero que le aconsejo es tratar de ser muy fuerte y tomar  distancia de su amante, encontrando una forma de evitar que él acceda a ella. Esto en un inicio la angustiara pero le permitirá enfriar un poco la emoción actual y pensar mejor.
Que si realmente como refiere ha llegado a la conclusión de que esta
relación extramatrimonial no es, ni será, lo que quiere para su vida futura que se ponga fuerte consigo misma, y se exija un distanciamiento físico, (no coincidir con él en lugares comunes, cambiar el turno de trabajo para no estar compartiendo un mismo espacio, bloquear su número en el móvil, no darle oportunidad de acercársele, mucho menos sentarse a conversar con él). Esto en un inicio puede verse como una conducta evasiva o interpretarse como cobardía o miedo a enfrentarlo, pero solo debe verlo como una
estrategia para evitar ser manipulada nuevamente por él y para ir logrando un alejamiento que le de paz y le permita pensar más fríamente.
Que debe saber que él siempre va a tender a buscarla y a insistirle y por eso debe estar muy segura que su decisión de alejamiento es lo que realmente quiere, para tener herramientas con que sostenerse ante estos embates.
Que utilice mecanismos de regulación del pensamiento para quitárselo de la mente como recitar poesías, rezar (aunque no sea religiosa), repetir el texto de una canción alegre, hacer cuentas matemáticas, etc. O sea ocupar la mente en algo que le impida seguir detenida en el pensamiento que se lo recuerde. Esos pensamientos entonces irán cediendo y apareciendo cada vez con menor frecuencia.
Que por ningún concepto rompa ahora su relación de matrimonio pues no sería una decisión bien tomada. Esto lo debe analizar después de un tiempo, con más calma y más fríamente. Lógicamente al estar tan entregada afectivamente a otra relación tiende a hacer un distanciamiento de esta, pero eso no implica que el amor que siente por su pareja de tantos años haya desaparecido y puede estar renunciando a un amor estable por una pasión situacional.
Que esté segura que esta situación pasará, que nadie muere de amor y que las emociones son controlables.
¿Han pasado ustedes por una situación semejante? ¿Qué han hecho? ¿Qué le
aconsejarían a esta joven?

Mi nieta tiene una novia.



Hoy les traigo otro caso reciente:
Aparece en consulta una señora de 55 años refiriendo que tiene una hija de
29 años con quien por lo general tiene grandes dificultades de comunicación,
no se entienden, la hija es muy déspota con ella, siempre la critica y esto
hace que por periodos de tiempo las relaciones estén casi rotas entre ellas.
De esta hija tiene dos nietas una de 5 años y otra recién nacida.

Tras casi tres meses sin poder hacerlo, logro convencer a su hija que le
dejara llevarse el fin de semana a la nieta mayor a su casa para pasarlo
juntas; y para que la niña estuviera más entretenida accedió a invitar a una
amiguita de 4 años a que estuviera con ellas.

Les acomodó un cuarto a las niñas para que pudieran jugar sin tropiezos y
las dejo jugando, noto que las niñas cerraron la puerta pero no se preocupó
mucho, sin embargo al rato cuando entro a ver como estaba el juego las
encontró una encima de la otra, sin el short, en posición de una relación
sexual y ante este cuadro se puso muy nerviosa.
Su reacción fue preguntarles que juego era ese, y decirles que ese juego
estaba feo y que a ella no le gustaba. Las hizo vestirse nuevamente, y trato
de desviar la atención hacia otro tipo de juegos. Refiere que la amiguita de
la nieta, en cuanto ella entro asumió una actitud de culpabilidad como
sabiendo que hacia algo malo y su nieta casi se molestó porque les exigió
volver a vestirse.
Cuando pasó un rato y se hubo ido la amiguita trató de preguntar a su nieta
que estaban haciendo, obteniendo siempre una repuesta evasiva de su parte,
solo decía “jugando”. Tras mucho esfuerzo logró que le dijera algo, con el
compromiso de no ponerse brava, ni decirlo a nadie, ni a su mamá; pues la
niña manifestaba que le daba pena hablar de la situación.
La nieta le dijo que estaban jugando “a las novias” y que la que había
inventado el juego había sido ella. La abuela le explicó que ese juego no
era correcto, que ella estaba muy chiquita y que si cuando fuera más grande
quería tener novio que lo tuviera, pero no novia. Que las hembras tenían
novios varones.
La abuela viene muy preocupada pues considera que su nieta nunca ha
manifestado estos intereses, ni este tipo de juegos; sin embargo la amiguita
sí. Y esto lo sabe pues la mamá de esta niñita le ha comentado preocupada
estas conductas de la niña, quien constantemente está hablando de novios,
conoce todos los nombres vulgares de los genitales e incluso siempre está
haciende este tipo de juegos con un primito de su edad con quien convive.
Esta niña vive con su abuela, su mama y su padrastro. También conviven en la
misma casa su tía y este primo. La casa solo tiene dos habitaciones por lo
que la niña duerme con sus padres.
A partir de ahí me pregunta: ¿Qué está pasando? ¿Qué hago? ¿Actué bien o
mal? No sabe si debe o no decirle a su hija, la madre de la niña, lo que
pasó, pues está segura que ella tomará represalias con ambas impidiéndole
llevarse nuevamente a la nieta y regañando fuertemente a la niña haciéndola
quedar mal por haber violado su promesa de no decirlo nadie.
Que pienso:
Ambas niñas están en una edad donde el juego de roles es muy importante y
tratan de imitar el comportamiento adulto en todas sus manifestaciones, por
lo tanto esta amiguita necesariamente ha tenido que estar expuesta y
presenciado algún tipo de actividad sexual entre adultos. Experiencia que
le generó gran curiosidad y que ha intentado reproducir, recibiendo siempre
regaños por ello, por lo que ya sabe que es un comportamiento objetado por
los adultos que debe hacerse a escondidas porque “ es malo” lo cual motiva
mucho mas la realización de este “juego”.
La actitud de la abuela fue muy correcta. No dando una gran connotación al
hecho, desviando la atención a otras actividades de juego y buscando
posteriormente una explicación al mismo mediante un acercamiento afectivo
con la nieta. Aprovechando la ocasión para brindar algo de educación sexual,
sin ver la relación con un futuro novio como algo incorrecto.
Sobre contarle a la hija creo que es mejor no hacerlo, pues si lo hace
traiciona el compromiso actual con su nieta perdiendo calidad moral ante
ella y poniendo en riesgo cualquier comunicación y compenetración futura.
Además de dar el mensaje indirecto de no tener recursos propios para asumir
y enfrentar la situación por lo que tiene que acudir a la madre.
Le aconsejé también que hablara con la mamá de la amiguita no contándole
directamente lo sucedido, para no darle más tamaño a la historia, sino
partiendo de las conversaciones donde ella le ha referido preocupación por
esta conducta de la niña y sugiriéndole acudir a un psicólogo para recibir
orientaciones para un manejo de la misma.
¿Qué creen ustedes? ¿Han tenido alguna situación semejante? ¿Cómo han
actuado? ¿Qué le aconsejarían a esta abuela?

¿Creen que soy una mala hija ?


Hoy les comienzo con una historia que conocí reciente, es una señora de 43 años que proviene de una familia donde su mamá es una profesional con gran éxito social y su papá una persona de baja cultura quien según sus propias palabras ¨era un bruto¨ muy fuerte y por lo general se manifestaba violento y poco razonable.
Esta persona siempre tuvo serias dificultad para comunicarse con su mama pues siempre la consideró hipócrita y manipuladora y no obstante la aparente rudeza del padre, este era su preferido.  
La relación con la madre fue siempre muy conflictiva, refiere que la madre la tildaba de “histérica”, siempre ha buscado sus defectos y tenía como preferido a su hermano mayor quien era el consentido y siempre apoyaba las ideas de la madre.
Ella hace ya años vive con su familia propia, esposo e hijos. La madre vivía con el papá pues el hermano también se había independizado.
Hace aproximadamente tres meses este padre falleció. Y ella se encuentra actualmente en una situación de gran estrés. La madre se quedó viviendo sola y ha comenzado a presentar problemas de salud muy diversos y a repetición. Esto ha provocado que la señora tenga que ir constantemente a casa de la madre, lo cual hace en contra de su voluntad pues considera que esta mamá la está manipulando y que lo que quiere es llamar la atención y no estar sola.
La señora se ha impuesto la tarea de ir todos los domingos a casa de la madre a limpiar, y estar con ella, lo que hace que no comparta este único día de descanso con su esposo e hijos, este a pesar de ser muy comprensivo, según refiere, ya se está quejando de que ella prioriza a su madre por sobre su familia. 
Esta señora acude a mi desesperada pues tiene una insatisfacción muy grande consigo misma pues manifiesta claramente no estar dispuesta a ocuparse de su madre, no querer hacerlo, que la relación con ella siempre ha sido mala, que si hubiese muerto la madre sería mejor, pues atendría con más gusto a su papa, y que la mama solo quiere seguir siendo el centro pues así la tenía el padre quien la admiraba mucho y hacia todo lo que ella quería, aun sin darse cuenta como era manipulado por ella hasta en las cosas más mínimas.
Sin embargo no encuentra cómo salir de esta situación, el hermano solo interviene económicamente y no se ocupa de la madre, tanto es así que la madre ni lo llama cuando tiene un problema o malestar sin embargo a ella la llama constantemente para todo y la mayor parte del tiempo salen fajadas en esas conversaciones.
Esta señora dice querer desaparecer, que si pudiera irse y dejarlo todo, lo haría, que a pesar de que no está dispuesta a responsabilizarse de la madre, también sabe que la quiere y en el fondo es su responsabilidad.

Que pienso puede hacer esta persona en tal conflicto :
Ante todo, ambas están atravesando un proceso de duelo por la pérdida del padre-esposo que aun no ha terminado, lo que genera toda una serie de actitudes y conductas de búsqueda de apoyo, de tristeza, de irritabilidad con los demás y consigo mismo.
Tienen que reconocer que la familia está pasando por un momento de crisis (la viudez de la madre) que necesita reorganización y reajustes. La familia tiene que reunirse, tomar acuerdos de cómo pueden integrarse ambos hermanos para ayudar a que esta situación se supere, hay que estar dispuestos al cambio, hay que pensar en conjunto.
La madre de esta señora necesita urgentemente una compañía, que no tiene que ser forzosamente la hija, teniendo en cuenta que, aunque se quieren, ambas sufren y se laceran en cada contacto por lo que sería aconsejable que se contratara a una persona que la acompañara al menos algunas horas al día. Y que se integrara a actividades sociales que le permitan la interacción con personas de su edad. 
La señora no tiene por que dedicar los domingos, único día de la semana que puede compartir con sus hijos y esposo. Puede visitar a la madre entre semanas, más aun en este caso que no tiene un compromiso laboral rígido y trabaja en su hogar.
Esta señora tiene un gran conflicto con su madre conocido como conflicto de aproximación evitación (la quiere y la odia) y tiene que superar este para lograr una mejor relación con su madre y sentirse mejor con ella misma.
Eso pienso yo, pero como todos tenemos algo de psicólogos:
¿Qué creen ustedes?
¿Qué le aconsejarían a esta persona?