domingo, 22 de junio de 2014

Mi nieta tiene una novia.



Hoy les traigo otro caso reciente:
Aparece en consulta una señora de 55 años refiriendo que tiene una hija de
29 años con quien por lo general tiene grandes dificultades de comunicación,
no se entienden, la hija es muy déspota con ella, siempre la critica y esto
hace que por periodos de tiempo las relaciones estén casi rotas entre ellas.
De esta hija tiene dos nietas una de 5 años y otra recién nacida.

Tras casi tres meses sin poder hacerlo, logro convencer a su hija que le
dejara llevarse el fin de semana a la nieta mayor a su casa para pasarlo
juntas; y para que la niña estuviera más entretenida accedió a invitar a una
amiguita de 4 años a que estuviera con ellas.

Les acomodó un cuarto a las niñas para que pudieran jugar sin tropiezos y
las dejo jugando, noto que las niñas cerraron la puerta pero no se preocupó
mucho, sin embargo al rato cuando entro a ver como estaba el juego las
encontró una encima de la otra, sin el short, en posición de una relación
sexual y ante este cuadro se puso muy nerviosa.
Su reacción fue preguntarles que juego era ese, y decirles que ese juego
estaba feo y que a ella no le gustaba. Las hizo vestirse nuevamente, y trato
de desviar la atención hacia otro tipo de juegos. Refiere que la amiguita de
la nieta, en cuanto ella entro asumió una actitud de culpabilidad como
sabiendo que hacia algo malo y su nieta casi se molestó porque les exigió
volver a vestirse.
Cuando pasó un rato y se hubo ido la amiguita trató de preguntar a su nieta
que estaban haciendo, obteniendo siempre una repuesta evasiva de su parte,
solo decía “jugando”. Tras mucho esfuerzo logró que le dijera algo, con el
compromiso de no ponerse brava, ni decirlo a nadie, ni a su mamá; pues la
niña manifestaba que le daba pena hablar de la situación.
La nieta le dijo que estaban jugando “a las novias” y que la que había
inventado el juego había sido ella. La abuela le explicó que ese juego no
era correcto, que ella estaba muy chiquita y que si cuando fuera más grande
quería tener novio que lo tuviera, pero no novia. Que las hembras tenían
novios varones.
La abuela viene muy preocupada pues considera que su nieta nunca ha
manifestado estos intereses, ni este tipo de juegos; sin embargo la amiguita
sí. Y esto lo sabe pues la mamá de esta niñita le ha comentado preocupada
estas conductas de la niña, quien constantemente está hablando de novios,
conoce todos los nombres vulgares de los genitales e incluso siempre está
haciende este tipo de juegos con un primito de su edad con quien convive.
Esta niña vive con su abuela, su mama y su padrastro. También conviven en la
misma casa su tía y este primo. La casa solo tiene dos habitaciones por lo
que la niña duerme con sus padres.
A partir de ahí me pregunta: ¿Qué está pasando? ¿Qué hago? ¿Actué bien o
mal? No sabe si debe o no decirle a su hija, la madre de la niña, lo que
pasó, pues está segura que ella tomará represalias con ambas impidiéndole
llevarse nuevamente a la nieta y regañando fuertemente a la niña haciéndola
quedar mal por haber violado su promesa de no decirlo nadie.
Que pienso:
Ambas niñas están en una edad donde el juego de roles es muy importante y
tratan de imitar el comportamiento adulto en todas sus manifestaciones, por
lo tanto esta amiguita necesariamente ha tenido que estar expuesta y
presenciado algún tipo de actividad sexual entre adultos. Experiencia que
le generó gran curiosidad y que ha intentado reproducir, recibiendo siempre
regaños por ello, por lo que ya sabe que es un comportamiento objetado por
los adultos que debe hacerse a escondidas porque “ es malo” lo cual motiva
mucho mas la realización de este “juego”.
La actitud de la abuela fue muy correcta. No dando una gran connotación al
hecho, desviando la atención a otras actividades de juego y buscando
posteriormente una explicación al mismo mediante un acercamiento afectivo
con la nieta. Aprovechando la ocasión para brindar algo de educación sexual,
sin ver la relación con un futuro novio como algo incorrecto.
Sobre contarle a la hija creo que es mejor no hacerlo, pues si lo hace
traiciona el compromiso actual con su nieta perdiendo calidad moral ante
ella y poniendo en riesgo cualquier comunicación y compenetración futura.
Además de dar el mensaje indirecto de no tener recursos propios para asumir
y enfrentar la situación por lo que tiene que acudir a la madre.
Le aconsejé también que hablara con la mamá de la amiguita no contándole
directamente lo sucedido, para no darle más tamaño a la historia, sino
partiendo de las conversaciones donde ella le ha referido preocupación por
esta conducta de la niña y sugiriéndole acudir a un psicólogo para recibir
orientaciones para un manejo de la misma.
¿Qué creen ustedes? ¿Han tenido alguna situación semejante? ¿Cómo han
actuado? ¿Qué le aconsejarían a esta abuela?

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