domingo, 22 de junio de 2014

No sé qué hacer con mi vida


Acude a mi consulta una mujer joven de 36 años, profesional, que
últimamente está presentando una situación de vida que refiere la tiene destrozada psicológica y físicamente provocándole, además de una gran depresión que la hace llorar constantemente, una úlcera duodenal que le provoca grandes dolores y malestares.
Está casada hace más de 20 años y tiene un hijo de 14 años, refiere que es una familia muy bonita donde todos se quieren, que tanto su esposo como su hijo son bellas personas.
Hace ocho años comenzó una relación extramatrimonial, por primera y única vez en su vida de casada, con la cual se ha enganchado de una manera que no puede evitar y no comprende pues refiere que lo que siente en esta relación no lo ha sentido nunca. Su pareja en esta relación es un compañero de trabajo, que también es casado hace muchos años y tiene tres hijos en ese matrimonio.
Actualmente refiere que está muy ambivalente con esa relación pues la hace sufrir mucho, que ella ha querido incluso dejar su matrimonio por él, pero él no ha querido nunca separarse de su esposa. Ya actualmente ha comprendido que esta persona no la va a asumir nunca como pareja oficial y que ya, aunque fuera así, ella no quiere pues se ha ido desencantando de él y ha comprendido que no es una persona que con quien valga la pena compartir la vida y la familia. Es muy mujeriego, muy egoísta, siempre antepone sus cosas por encima de todo y no la quiere lo suficiente como para decidirse y esforzarse por ella o tener en cuenta sus problemas y ayudarla.
Sin embargo cada vez que se impone, tras mucho esfuerzo, tomar distancia él se lo impide, la busca, le llora, le suplica y ella siempre se deja convencer, aunque reconoce que en estas suplicas no hay un arrepentimiento real, ni una disposición al cambio, solo un montaje para movilizar su posición y en cuanto logra su objetivo vuelve ser el mismo de siempre. Ella ha estado hasta dos meses lejos de él creyendo olvidarlo, pero en cuanto lo ve se derrumban todas sus fuerzas.
Esta situación hace que últimamente la relación esté muy mal pues discuten más de lo que disfrutan estando juntos, incluso a veces no tienen ni vida sexual, pero no dejan de comunicarse diariamente y constantemente. Ella quisiera terminar pero no se siente con fuerzas, es una atracción que va mas allá de su consciencia y además cuando lo intenta él no se lo permite.
Esta situación se le ha ido de las manos, ya su esposo se ha dado cuenta de que ella tiene otra relación. La ha enfrentado y se muestra muy dolido, no obstante sigue con ella, le ha mostrado una tolerancia extrema y le demuestra que la quiere a pesar de todo, lo que la pone en mayor conflicto pues la hace sentirse doblemente culpable y como una persona baja y miserable. Aterrorizada además por que su hijo adolescente se vaya a enterar de algo y esto afecte su equilibrio emocional y la relación madre-hijo. Ella no sabe qué hacer, está desesperada, no sabe si quiere o no seguir con su esposo, pero tampoco lo quiere perder pues sabe que es un hombre maravilloso que si la quiere, aunque tampoco quiere estar con él solo por eso. Su autoestima esta por el piso, según refiere, cree que no sirve para nada, que es una mala persona, que no es lo suficientemente atractiva. En fin refiere sentirse destruida y sin saber qué hacer.
Que pienso:
Esta mujer está en un gran conflicto y está totalmente bloqueada por sus emociones. No le es fácil pensar con eficiencia y mucho menos le será fácil tomar una decisión adecuada en este estado.
Lo primero que le aconsejo es tratar de ser muy fuerte y tomar  distancia de su amante, encontrando una forma de evitar que él acceda a ella. Esto en un inicio la angustiara pero le permitirá enfriar un poco la emoción actual y pensar mejor.
Que si realmente como refiere ha llegado a la conclusión de que esta
relación extramatrimonial no es, ni será, lo que quiere para su vida futura que se ponga fuerte consigo misma, y se exija un distanciamiento físico, (no coincidir con él en lugares comunes, cambiar el turno de trabajo para no estar compartiendo un mismo espacio, bloquear su número en el móvil, no darle oportunidad de acercársele, mucho menos sentarse a conversar con él). Esto en un inicio puede verse como una conducta evasiva o interpretarse como cobardía o miedo a enfrentarlo, pero solo debe verlo como una
estrategia para evitar ser manipulada nuevamente por él y para ir logrando un alejamiento que le de paz y le permita pensar más fríamente.
Que debe saber que él siempre va a tender a buscarla y a insistirle y por eso debe estar muy segura que su decisión de alejamiento es lo que realmente quiere, para tener herramientas con que sostenerse ante estos embates.
Que utilice mecanismos de regulación del pensamiento para quitárselo de la mente como recitar poesías, rezar (aunque no sea religiosa), repetir el texto de una canción alegre, hacer cuentas matemáticas, etc. O sea ocupar la mente en algo que le impida seguir detenida en el pensamiento que se lo recuerde. Esos pensamientos entonces irán cediendo y apareciendo cada vez con menor frecuencia.
Que por ningún concepto rompa ahora su relación de matrimonio pues no sería una decisión bien tomada. Esto lo debe analizar después de un tiempo, con más calma y más fríamente. Lógicamente al estar tan entregada afectivamente a otra relación tiende a hacer un distanciamiento de esta, pero eso no implica que el amor que siente por su pareja de tantos años haya desaparecido y puede estar renunciando a un amor estable por una pasión situacional.
Que esté segura que esta situación pasará, que nadie muere de amor y que las emociones son controlables.
¿Han pasado ustedes por una situación semejante? ¿Qué han hecho? ¿Qué le
aconsejarían a esta joven?

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